lunes, 5 de mayo de 2008

Máquinas expendedoras

Primero dejas de hablar con tus padres. Al fin y al cabo lo único que hicieron por ti fue follar y darte de comer. Su querido parásito, gracias. La gente debe pensar que tener hijos es como sacar tabaco de la máquina: metes una cosa y sale otra. Después se dan cuenta de que al niño no te lo puedes fumar. Y tú, pobre infante, te das cuenta de que tus padres no te quieren fumar. Es como si todo el mundo llegara a la conclusión de que estaban equivocados. Y se encogen de hombros y lo aceptan. Como si fuera normal, como si fuera un trato justo. Semen a cambio de niños. Primero dejas de hablar con tus padres. Después alguien se queda embarazado. Bienvenidos al ciclo de la vida.

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