sábado, 8 de noviembre de 2008

Bancarrota

He vuelto a usar el teléfono. He llamado a mi pasado.
Pero nadie contestó al otro lado.
Aunque quizás ya no haya otro lado.
He ordenado mi cuarto. He guardado todo.
Ayer te escuché llorar en el cajón.
Pero no estabas allí.
Sólo estaba tu llanto.
Luego interrogué al espejo.
Y nadie se reflejaba.
Sólo encontré mi sombra.
Intenté denunciarlo.
Pero había perdido las palabras.
Como si alguien me lo estuviera embargando todo.

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