Tengo miedo a la muerte porque nunca he estado allí.
Para superarlo, algún día escribiré un libro muy gordo en el que todos los personajes estén muertos. El argumento será una mierda. ¿O qué esperabas? Los muertos ni hablan, ni se mueven. Sólo se pudren.
Algún día yo estaré muerto. Pero nadie escribirá un libro sobre mí: la historia de un hombre del montón que se acabó muriendo. Es demasiado vulgar. En el futuro sólo se escribirán libros que se puedan vender. En realidad, en el futuro sólo existirán cosas que se puedan vender. Y nos acabaremos extinguiendo cuando nadie quiera comprar a nuestros hijos. Que le jodan a Darwin. Aquí lo que manda no es la evolución, es la oferta y la demanda.
Tengo miedo a la muerte porque no volveré.
Cuando por sorpresa den la luz de esta discoteca que es mi vida y
descubra que es la hora de apurar la última copa y buscar el abrigo para
volver a casa. Cuando se acabe el concierto y el público no pida que toquen otro bis. Cuando el tren llegue a la estación y tenga que buscar la maleta para bajar al andén. Cuando salgan los títulos de crédito. Dirigido por sí mismo. Producido por error. Cuando tenga que salir de la sala de cine. Esperaré hasta el último momento. Hasta que el encargado me eche a patadas. Por si acaso estás por ahí cerca para poder decirte cuánto te echaré de menos.
Porque tengo miedo a la muerte porque iré sin ti. Solo. Y no hay ningún libro que pueda escribir para superar esto.
1 comentario:
Qué bonito, por el final, claro.
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