martes, 8 de enero de 2008

Biblioteca

A la entrada de la biblioteca hay un charco que huele a lágrimas. O a sudor frío. Hay un montón de cuerpos fumando asustados y/o tomándose un asqueroso café de máquina. Un conjunto de cuerpos pensando en preguntas de test y esquemas y subrayadores fosforitos y post-its de colores. Recordando o esperando tiempos mejores. Creen que más allá de febrero las cosas mejorarán. No se dan cuenta de que en realidad la vida consiste en recordar y esperar.

Mientras, algunos deciden desesperados inmolarse zambulléndose dentro de un vaso de agua.

2 comentarios:

hekubita dijo...

Snif... Snif... Huele a miedoooooo. Jejejeje. Malditas bibliotecas, qué de horas hay que pasar en las jodias de ellas... al menos el sudor da calorcito al ambiente y no morimos por congelación, sólo por estres xDDD

Besitosssss

[D_x] dijo...

Quizá sea peor que eso. Pensarán que van a salir triunfantes y no lo harán.