Hay una caja de bombones con forma de corazón encima de la mesa. Cupido espera tu aparición por la puerta de tu casa vigilando desde el edificio de enfrente con la mirilla de su rifle francotirador. Nada destroza más un corazón que un proyectil de alta velocidad. Los tiempos están cambiando, ya lo dijo Dylan. Hay una nota encima de la caja. En ella está manuscrita la frase más bonita que jamás te hayan dedicado. De esas que te hacen sacar las tripas en forma de lágrimas. Llegado el momento entras en el cuarto sin prestar atención a los detalles hasta que tienes delante de tus narices la caja, y coges la nota, la lees con esa sonrisa que pones cuando te encuentras con algo deseado en secreto. Lo suficientemente despistada como para no darte cuenta de que un puntero láser sube por tu cintura hasta posarse sobre tu teta izquierda. Después, sólo pétalos de sangre que brotan de tu pecho, como una tormenta después de la sequía. Este trabajo es una mierda, suspira Cupido mientras se aleja calle abajo. Tendrás que comerte los bombones antes de que se derritan.
4 comentarios:
Tienes tantos textos jodidamente sublimes que el hecho de quitarse el sombrero empieza a perder el sentido.
Grandiosa la imagen de cupido con un Parker Hale, enorme lo de los "pétalos de sangre"...
P.S: Muerte a San Valentin.
A mí me gusta San Valentín, pero supongo que ya lo sabíais... es como muy occidental. ;)
Nada de bombones, flores, regalos, pero sí más detalles y más cariño, aunque sólo sea por que se sabe que hace ilusión a unas cuantas...
Feliz San Valentín a todos, y gracias al remitente de las rosas...
A veces el amor destroza
a veces no: siempre.
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