El futuro de verdad, no esa ficción a corto plazo que llamamos futuro, es un lugar hostil donde todos tus seres queridos han muerto y tú no existes. Un mundo lleno de gente que aún no ha nacido en el que te considerarán mera arqueología o en el que ni siquiera te considerarán. Un mundo lleno de desconocidos que no te van a recordar, porque lo más probable es que no logres hacer nada memorable más que sobrevivir un tiempo. Y conformarse con sobrevivir es tan vulgar. Es triste: estamos tan ocupados en vivir que no nos preguntamos por qué lo hacemos. O lo que es peor, nos lo preguntamos pero no tenemos respuesta. Porque en realidad sólo tenemos el terror de que todo esto no sirva para nada.
2 comentarios:
Tal vez el futuro no sirva para nada.
Ahora mismo voy a escribir mi nombre en cemento fresco, o, que coño, inmolarme en alguna sede del gobierno. Por la posteridad y la metafísica.
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