viernes, 9 de mayo de 2008

El fútbol es así

Por alguna extraña razón sentirás un inmenso placer desgastando la palma de tu mano contra el claxon de tu coche mientras recorres la Castellana en dirección a Cibeles. Como un mono más del ritual. O puede que tengas un cabreo monumental porque no has ganado, o bueno, mejor dicho porque un montón de tíos uniformados no han cumplido con su trabajo, por el que cobran una pasta que tus ojos jamás verán. Porque puedes olvidar todo lo que realmente importa por creer que un equipo de fútbol, una empresa más en el mercado del entretenimiento mundial, te representa. Un montón de señores trajeados que te venden sus productos manufacturados en el Tercer Mundo para que suplantes tu identidad bajo un montón de bufandas, camisetas, balones y banderitas de colores homogéneos, y acabes por distorsionar tu perspectiva de la gente hasta que sólo sepas clasificar en base a los colores que llevan, como si estuvieras en clase de diversificación, por decir un eufemismo. Y así no tendrás una familia, no serán amigos, sino un montón de cuerpos coloreados: verdiblancos, azulgranas, rojiblancos... Simplificarías todo hasta el punto de que ir a gritar gilipolleces con tus amigos, disfrazados todos con los mismos colores, te hará sentir mejor, mientras viajas por la Castellana atronando la noche con la bocina de tu coche, siguiendo un ritmo digno de primero de preescolar: pi-pi-pipipí. Sí, serás feliz por un momento. Otros serán tristes por un momento. Pero todos seréis patéticos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cada uno es patético a su manera, ¿no crees?

F

Anónimo dijo...

Interesante perspectiva

Yago Galleta dijo...

¡Por lo menos el fútbol ha reemplazado a las luchas tribales!

Anónimo dijo...

Hay maneras patéticas de ser patético.