Podría suceder, podría volver
el olor a sudores rancios
como el amor recién exprimido
o la humedad de las tormentas.
Podrían volver aquí
los botones desabrochados,
las arrugas de la ropa,
las arrugas de la piel.
Tengo ya el lugar preparado
para sacarnos los cuchillos
o rompernos las carcasas,
y hay hueco, esta vez hay hueco,
para dos cuerpos asustados.
Y así sucedería
lo de siempre,
lo de nunca más,
y al final dejarte saliva en los pezones
tras hundirme, de nuevo, entre tus piernas.
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