Hay niñas con ortodoncia que no tienen miedo a sonreír. Desafiándote cuando abren los labios e insinúan hacia los lados dos filas infinitas de molares recauchutados. Creando a su vez la paradoja de aceptar temporalmente la fealdad metálica en pos de una futura perfección odontológica hecha de sonrisas de cadenas de montaje, de moldes de plastilina, del arte de clonar la belleza. Es algo así como tener la Novena Sinfonía de melodía de móvil. Como los calvos que usan peluquín. Como las chicas que necesitan esconderse debajo del maquillaje. Como todas esas personas que se equivocan con sus gustos monocromáticos. Y que no comprenden que hay formas distintas de entender lo bello.
Todos ellos apartan la mirada cuando rompo espejos. Y después me desean 7 años de mala suerte.
Todos ellos apartan la mirada cuando rompo espejos. Y después me desean 7 años de mala suerte.
2 comentarios:
Suena típico, pero la belleza está en los ojos del que mira...
He fallado unos días, no he estado por aquí... pero vuelvo al ataque!
:) Besitus
¿Romper espejos?
¿Quién dice lo que es bello?
¿Porqué Carla Bruni está con Sarkozy?
La vida son circunstancias.
Y la belleza también.
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