He bebido unas cervezas de más. Demasiadas. Como un desagüe. Siento que todo tiembla. Una forma de describir un terremoto fuera de la escala de Richter, un terremoto de ahí dentro. Una falla hecha de ausencias y de desesperación, de intentar una última palabra, de lo mismo de otras veces. Es la historia de lo de siempre: no me apetece -pero lo necesito-. Y luego llegan las sábanas y estoy en un barco demasiado grande, demasiado lejos de lo que quiero. Las olas. Demasidas olas. Todo. Demasiado. Siempre es demasiado para mí.
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