El aire huele a azufre. Los periódicos están manchados de sangre. La gente se mira de reojo. Hay un minuto de silencio encerrado en cada sobre. Los sondeos de opinión arden por las esquinas. Las frases hechas se deshacen. En todas las emisoras de radio suena Wagner. Al final los que ganan son los buenos. Porque los que ganan deciden quiénes han sido los malos. Así ha sido siempre en todas las guerras. Y yo me encojo de hombros. Hasta mañana.
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