Sólo creo en la enfermedad. Es la única constante que sigue la vida, la única x en cada ecuación. Algunos se empeñan demasiado tiempo en negarla, obviarla, dedicarse a otros asuntos, defender alguna causa perdida. Eso sí, cuando se quieren dar cuenta están demenciados, muriéndose en un sofá. Con un rifle en las pantorrillas. No vaya a ser que en el infierno haya que defenderse.
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